Receta de pan casero en 45 minutos

    Compartir esta receta es casi como vivir en la película del día de la marmota.  Me la piden todo el tiempo y todo el tiempo la comparto porque modestia aparte, son los pancitos más fáciles, rápidos y ricos que comí hasta el momento. 

    Por supuesto que comí panes deliciosos, pero la relación tiempo, sabor y cero amasado que lleva esta receta, no tiene competencia.

    Son ideales para cuando no tenés demasiados ingredientes y te agarra hambre, ganas de comer algo rico o visitas inesperadas.  Tengamos en cuenta que siempre viví en un pueblo donde los negocios cierran a la hora de la siesta.  Imaginen ahora que nos vinimos a vivir a una finca bastante alejada de los centros comerciales.
    Amo el pan, mi familia ama el pan, mis amigos aman el pan. ¿Dije demasiadas veces la palabra pan? 
    Me encanta hacer pan, pero la verdad es que soy un poco ansiosa. Para cocinar y para todo. 
Por esa razón es que siempre dejaba el pan de lado. Una leudada, amasar, otra leudada, cortar, esperar, esperar y esperar. No, gracias, te hago un budín.
    Busqué durante años recetas de pan fácil y fundamentalmente, rápidas. Recetas aptas ansiosos. 
    Me especializo en recetas para vagos, ansiosos y personas no cocineras.  Ni previsoras.  Más bien caóticas y amigos de las improvisaciones.

    Les paso mi preferida (hasta ahora, claro)



Ingredientes
1/4 taza de azúcar
1 sobre o 1 cuadradito de levadura (yo prefiero sobre)
1 taza de agua   


1/3 taza de aceite
1 huevo
3 y 1/2 tazas de harina común
sal

    Si prestan atención, el orden en el que están presentados los ingredientes nos muestra las dos etapas de preparación y lo más importante, el orden que deben ser incorporados los distintos ingredientes.  Más fácil imposible.

    Poner en un bowl el azúcar, la levadura y el agua. Mezclar un poco. Dejar descansar 15 minutos. Sí, sólo 15 minutitos.
    Yo me acostumbré a usar un tupper que tiene el tamaño justo pero pueden usar cualquier bowl o fuente que permita ser tapado para acelerar un poco el proceso.

    Pasados esos 15 minutos (ni falta aclarar que no pasa nada si se cuelgan con el tiempo un poco) toca agregar el aceite, el huevo, la harina y la sal. 
    Unir todo con un tenedor o una cuchara.  Y si les gusta meter mano, pueden amasar un poco. Pero sólo por placer, pues no hace la mínima falta ponerse amasar.  
 
    Dejar descansar 10 minutos y ya que estás ahí, prendé el horno.
    Armar bollos y poner en una placa con un poco de aceite o fritolin en horno medio de 20 a 25 minutos o hasta que sea el color de pan deseado.
    Sacar del horno y disfrutar de la vida.  

* Con el tiempo me percaté que podía usa la muffinera y los pancitos quedan con una forma hermosa.
** También pongo la masa en la budinera y sale con la forma de un pan lactal.
*** A veces les ponemos cosas para saborizarlos: queso, orégano, semillas, jamón

    Una vez leí ¿o habré visto en la tele? que la gente que tenía en venta una casa, cuando iban potenciales compradores a visitarla tenían la recomendación de hornear pan un rato antes. 
    Dicen que pocos aromas son tan acogedores como el olor a pan recién salido del horno y lo que evoca ese olorcito es tan fuerte, que a la gente le nace el deseo de querer a vivir ahí.
    ¿Contundente, no?
    ¿Algo más lindo que provocar el deseo de vivir en una casa?

    Otra vez leí hermosas palabras de Liliana Bodoc, quien nos contaba que "amasar un pan y escribir un cuento son cosas muy parecidas.
    Porque repartir un pan entre todos y leer un cuento en voz alta son las más antiguas costumbres del amor.”

    También nos cuenta que “Si hay tierra, hay trigo; si hay trigo, hay molinos; si hay molinos, hay viento. Porque el viento mueve las aspas del molino para moler el trigo para hacer harina. Donde hay harina, hay pan; donde hay pan, hay gente, hay palabras. Y si hay palabras, hay chismes”.

    Hermosa, Liliana.  
    Como nuestros pancitos.



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