Sentires que no son sentidos

Los seres humanos necesitamos sentirnos queridos, deseados, amados, admirados, respetados, valorados.


Y digo especialmente que necesitamos sentirnos porque tal vez ahí se encuentre la raíz de los vínculos.


No importa que el otro me ame.  

Importa que yo me sienta amado.


Quizás el otro te desea con locura, pero si vos no te sentís deseado, ese deseo no existe.


Sentirse.


Es un movimiento hacia vos mismo.  

De vos hacia vos.  El otro no aparece.


Nos vinculamos como si esos sentimientos realmente existieran pero son puras interpretaciones.


Interpretamos lo que provocamos en el otro y ellos hacen lo mismo con nosotros.


Amor, deseo, simpatía, antipatía, admiración y rechazo, son en tanto podemos experimentarlo.


Y lo hacemos desde las tripas.

No hay cabeza ni corazón que intervengan en estas cuestiones.


Tripas.

Entrañas.

Quizás alguien haya tenido las mismas divagaciones y de allí podría haber surgido la idea de mariposas en la panza.


¿Y qué quiero decir con todo ésto?

Algo bastante sencillo.

Incluso simplón.


Si queres, amas, deseas, odias, desprecias o lo que sea que sientas por alguien y tu intención más predominante es que ese sentir viaje y llegue a un Otro, asegúrate que el Otro efectivamente se esté sintiendo amado.


Si eso no ocurre, es un deseo tirado a la basura.

Un desprecio perdido en el casino.

Un amor que no provoca nada.


Y no es momento de andar derrochando sentires.

Ni amores ni temores.




Dos que se sabían amados.

Se saben.

Aún.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Budín de polenta y naranja "Compañero Presidente Alberto Fernández"

Receta de pan casero en 45 minutos